La Cultura de Violación y el silencio de las víctimas lesbianas y bisexuales en la República Dominicana

Las denuncias en Instagram y Twitter sobre el presunto acosador y violador de menores que se hace llamar “careconfle”[1], un fotógrafo que a través de redes sociales solicitaba fotos en ropa interior a menores de edad y luego, las invitaba a hacer tríos, trae de nuevo un tema muy naturalizado en la República Dominicana: la cultura de la violación.

Las mujeres lesbianas y bisexuales en la República Dominicana son recurrentes víctimas de acoso sexual, asedio y violaciones sexuales “correctivas” de hombres que, entienden que una mujer que abiertamente vive su sexualidad debe ser “corregida” para que encaje en la sociedad heteronormativa, misógina y patriarcal como la construida en la República Dominicana. Los comentarios e imaginarios sociales sobre el tema, nos dan un panorama claro de por qué socialmente, podemos hablar de una cultura de la violación.

Según este imaginario, “la culpable siempre es la mujer”, ante denuncias como estas, los comentarios de hombres y mujeres se volcán contra las violentadas. La sociedad suele acusar a las víctimas de ser las culpables por “exponerse”, “por andar de noche a esas horas”, ella es la culpable “por estar sola tomando alcohol” en el colmadón rodeada de tigueres. La víctima a los ojos de las y los opinadores, “se lo buscó”, por “andar con esos pantaloncitos/falda tan cortos”, y en el caso de las mujeres lesbianas y bisexuales, el tema es “corregir la desviación”, “hacerlas probar un buen macho”, en fin, borrar su orientación sexual. La defensa de los acosadores y violadores por parte de muchos hombres, da cuenta de un “código”  por medio del cual encubren/justifican la violencia sexual, porque el acusado, según se defienden, ha sido manera “injusta” señalado de violador, y la hipótesis generalizada es que la mujer manipula los hechos y acusa al hombre de violador, cuando no obtiene lo que quiere o el hombre la rechaza, la lógica siempre a favor del machismo.

En el 2019, Diversidad Dominicana recibió 4 casos de violaciones sexuales a mujeres lesbianas y bisexuales, de los cuales sólo 1 fue denunciado y aunque el individuo está identificado, no ha sido apresado ni investigado puesto que la palabra de él pesa más que la de la mujer: si él dice que no violó sino que tuvieron sexo con consentimiento, las autoridades presumen que la mujer miente, confunde las cosas, o tiene motivos ulteriores para armar “escándalos”. Casos como este ilustran la negligencia de las autoridades en República Dominicana, pues ponen en duda la calidad de víctima de la mujer sin antes agotar una investigación. Por supuesto, este hombre no se ha presentado a la fiscalía a ponerse en disposición de esta para aclarar la situación y tampoco las autoridades del pueblo, lo han obligado a comparecer; en esas, van más de 8 meses, desde que la mujer denunció el caso. Las actuaciones de Medicina Legal en este caso, han sido poco profesionales, rompió la confidencialidad médico-paciente al informar a terceros -que nada tienen que ver con el proceso-, sobre los actos sexuales en el caso, revictimizando nuevamente a la mujer. El apoyo psicosocial y el acompañamiento a este caso, han calmado la ansiedad y la desestabilización de la familia de la víctima, que en más de una ocasión, han pensado desistir en la búsqueda de justicia, a lo que la víctima no ha accedido, en cumplir los deseos de su mamá, de “cerrar esa herida”.

En el caso de “careconfle”, han tomado la acción de apresar e investigar al individuo porque hay pruebas de chats en las redes sociales donde este habla abiertamente sobre sexo con menores de edad. Pareciera que por la gravedad de la situación, por fin las autoridades dominicanas empezaron a despabilarse frente a la violencia sexual que afecta a menores y adultas. El caso de este individuo ha demostrado una vez más, la importancia de la actualización del currículum  educativo y de desarrollar programas que vayan más allá de lo biológico y los órganos reproductores en materia de Derechos Sexuales y Reproductivos, donde a los Niños Niñas y Adolescentes (NNA).

Sin embargo, no sólo se ha venido planteando una reforma a la educación en esta materia, sino que se hace necesario que menores y adultas tengamos acceso a justicia garantizado frente a la violencia sexual, que se nos diga y nos convenzamos de ello, que no es normal que nos acosen, violen y que no pase nada. Es necesario empezar a desnaturalizar este tipo de agresiones, a visibilizar que no ocurre sólo con mujeres heterosexuales, que es más, en el caso de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans, el grado de impunidad es muchísimo más alto, la violencia encuentra mayor complicidad social. Aquí, en la República Dominicana están pendientes muchas cosas en cuanto a derechos de las mujeres, de las mujeres LBT, pero el mayor reto que debemos asumir es parar la violencia sexual naturalizada y los discursos que la justifican.   


[1] Véase en: https://listindiario.com/la-republica/2020/05/23/618731/fiscalia-abre-investigacion-contra-careconfle-el-fotografo-que-presuntamente-acosa-menores-en-las-redes

Deja un comentario