La gente me señala: nueva investigación sobre violencias hacia mujeres jóvenes LBT

23 de noviembre de 2020. La semana pasada fue publicada la investigación La gente me señala del Fondo Lunaria Mujer, en la cual se analizan violencias que afectan la vida de mujeres jóvenes LBTIQ+ a partir de sus relatos desde distintos territorios del país. Desde Enterezas, queremos plantear una reflexión en torno a algunos de los hallazgos de esta investigación que toca varios territorios como Boyacá, Manizales, Armenia, Bogotá y también el Caribe colombiano, donde se aplicaron entrevistas a varias mujeres jóvenes LBTIQ+ de Barranquilla, Soledad y Puerto Colombia. Aquí se abordarán principalmente los capítulos sobre Barranquilla, Soledad, Puerto Colombia y Manizales.

Caracterización de las violencias y escenarios

En la investigación se hace un esfuerzo por visibilizar las violencias motivadas por los imaginarios prejuiciosos que rodean a las mujeres LBTIQ+ jóvenes que tienen asiento o fundamento en las concepciones socioculturales e institucionales sobre lo que es ser mujer, sobre lo que significa la diversidad sexual y de género e ideas sobre la juventud. También, se reflexiona sobre cómo se relaciona lo anterior con la falta de garantías estatales en el acceso a la justicia. 

De esta forma, se visibilizan espacios donde persisten violencias como la familia, el espacio público y la institucionalidad, haciendo especial énfasis en las vivencias y percepciones de mujeres jóvenes y abstrayendo de sus experiencias particulares, elementos macro que permiten hablar de patrones o de sistematicidad de las violencias. En ese sentido, se enmarcan los casos relatados bajo la categoría de violencia por prejuicio, y se indaga sobre los fines de estas violencias, categorizándolas como fines preventivos, correctivos y punitivos,

(…) entendiendo por preventivos el interés principal de evitar que el sujeto actúe de alguna manera, por correctivos el interés principal de corregir aquello que se considera que “está desviado”, y por punitivos el interés principal de castigar lo que se considera que “está mal”; estos fines no son excluyentes entre sí, sino que pueden incluso coexistir en casos específicos. (Cuello, 2020, p. 21)

En síntesis, los relatos que son estudiados en la investigación tratan de “violencia psicológica con fines preventivos en las familias, violencia sexual en la familia y el espacio público, violencia simbólica con fines punitivos en las familias, violencia policial y de agentes de seguridad en el espacio público” (Cuello, 2020, p. 23), añadiendo un derecho negado históricamente, el derecho al amor, como un espacio que es necesario explorar y desarrollar en la vida de las jovenes LBTIQ+. Igualmente, se reconoce que los niveles de violencia tienen relación directa con los sistemas de opresión cuyos roles asociados a la etnia, racialización y demás interseccionalidades de corte económico, cultural y religioso, intervienen en la forma e intensidad de las violencias.

A este grupo de violencias se suma, por supuesto, la violencia sexual, como parte del reiterado continuum de violencias que afectan a las jóvenes LBT a lo largo de sus vidas cuando estas transgreden el mandato de cisheterosexualidad; violencia sexual perpetrada en el seno familiar y en el espacio público, como el acoso sexual y violación, que tiene impactos transitorios y permanentes en la vida de estas jóvenes:

Las entrevistadas aseguran tener secuelas en su salud mental, que las llevan a mantener constante miedo al momento de transitar en el espacio público debido a la expectativa de que alguna persona –especialmente los hombres– las violenten sexualmente, sobre todo aquellas cuya expresión de género es considerada transgresora socialmente, lo cual las lleva a condicionar su vida alrededor del miedo: evi­tar salir a altas horas de la noche, vestir de maneras determinadas, no tener muestras de afecto en público. (Cuello, 2020, p. 30)

Un escenario de violencia explorado en la investigación es el de las festividades de carnaval en el departamento del Atlántico, especialmente el “Carnaval Gay”, el cual es destacado como un escenario de violencia hacia los cuerpos LBTIQ+, dado el constante acoso callejero y sexual que padecen las jóvenes y que se originan en burlas, esto es, violencia verbal y simbólica en el espacio público.

Muchas de las jóvenes LBT han sido víctimas de violencias simbólicas en la cotidianidad debido a la persistencia social e institucional en la negación de la identidad de género, del nombre identitario, de la orientación sexual e incluso del trato en masculino, que se refleja en todos los ámbitos de la vida, incluyendo las redes sociales. Asimismo, también han sido obligadas a salir del entorno familiar, bien sea por el abandono, por la violencia o por una búsqueda de perspectiva de vida donde ellas “puedan ser”, exponiéndose, en mayor medida, a habitar en la calle.

Dichas violencias sistemáticas no se ven reflejadas en las cifras de la institucionalidad donde, por ejemplo, en materia de violencia intrafamiliar, se han invisibilizado conductas constitutivas de delitos que se dan en el seno familiar y que se justifican o naturalizan social e institucionalmente, debido a los imaginarios prejuiciosos y a los móviles de castigo o corrección que se tienen respecto de las víctimas LGBTI (Caribe Afirmativo, 2019).

Por otra parte, la “sanción social” hacia las jovenes LBT que han decidido dirigir sus afectos, identidades/expresiones de género y proyectos de vida en contravía o cuestionando la cisheteronormatividad, se despliega hasta el interior de sus vínculos afectivos más íntimos como la pareja, cuidadores, hermanas y hermanos, entre otros vínculos desde los cuales se busca mantener la vigencia de aquella sanción (Cuello, 2020).

Sobre el escenario institucional y el acceso a la justicia

No podría olvidarse que, en el escenario institucional, la Fuerza Pública ocupa un lugar preponderante en la perpetración de violencias contra las mujeres jóvenes LBTIQ+. Al respecto, se destaca que especialmente para las mujeres trans trabajadoras sexuales es un problema de la cotidianidad, que les impide ser y habitar en el espacio público con tranquilidad:

Jessica asegura que la han tratado horrible, sobre todo a trabajadoras sexuales, llegan policías a maltratarlas. La policía no lleva el debido procedimiento con las mujeres trans. Tienen el prejuicio de que todas somos delincuentes, enfermas, etc. Tenemos que hacer algo para cam­biar eso. (Grupo focal, 2019, citado en Cuello, 2020, p. 37)

Lo anterior, como ya se ha venido manifestando también en nuestras investigaciones, tiene una notable influencia en la falta de garantía en el acceso a la justicia. Además de los prejuicios sobre las mujeres trans que son reproducidos en las instituciones del Estado, otro obstáculo es la falta de compromiso en la coordinación y aplicación de los enfoques diferenciales, disponiendo de personal que sirva como enlace de género o representante de las mujeres LBTIQ+ en el escenario gubernamental de orden local y que efectivamente esté interlocutando con las personas LGBTI.

Otros escenarios destacados son los bares, moteles, centros comerciales y demás establecimientos abiertos al público donde a las jóvenes LBTIQ+ se les ha restringido u obstaculizado el ingreso y permanencia por motivos discriminatorios y prejuiciosos hacia su OSIGEG diversa y sus manifestaciones públicas de afecto. En estos escenarios la violencia es perpetrada tanto por particulares como por agentes de seguridad públicos y privados que terminan defendiendo el sistema que discrimina y excluye a las jóvenes LBTIQ+.

Impactos individuales y colectivos en las jóvenes LBTIQ+

En materia de impactos y repercusiones psicosociales en la vida de las mujeres jóvenes LBTIQ+ que se originan en las violencias por prejuicio, se resaltan impactos psicosociales de corte emocional que tienen que ver con aislamiento, depresión, ansiedad, intentos de suicidio, silencios, temores y represiones emocionales; impactos corporales -por supuesto ligados a los emocionales- que tienen que ver con retrocesos o suspensión de los procesos de transición, el ocultamiento de la expresión de género, además de las violencias  físicas como tortura con fines discriminatorios; impactos económicos que tienen que ver con la ruptura de proyectos de vida, estudios, empleo y formas de subsistencia. Por ejemplo, y en particular, sobre las mujeres trans de Manizales se identificaron

(…) traumas, depresión y sentimientos de enojo y miedo, porque poco a poco crean la sensación de que constantemente están expuestas a ser lasti­madas, en un contexto en donde perciben que viven bajo el riesgo inminente de ser asesinadas. (Londoño y Franco, 2020, p. 72)

A este grupo de impactos podrían sumarse los que operan de forma colectiva sobre las formas organizativas de la resistencia LBT (Caribe Afirmativo, 2020) yque pueden afectar las dinámicas grupales y las dinámicas de incidencia política.           

Recomendaciones generales al Estado colombiano

Un último punto abordado en esta investigación son las recomendaciones generales realizadas al Estado colombiano en materia de garantía de derechos de las mujeres jóvenes LBTIQ+. Entre ellas resaltamos las siguientes:

  • En materia de políticas públicas, asegurar que contengan perspectiva de interseccionalidad con el fin de entender a las mujeres jóvenes desde sus opresiones. Asimismo, que se garanticen diagnósticos certeros sobre el estado de derechos de las mujeres jóvenes LBTIQ+, optimizando la documentación y sistemas de información y asegurando presupuesto y personal para ejecutarlas.
  • En materia de violencia policial, propiciar una “reforma estructural a los procedimientos utilizados por la fuerza pública” y profundizar en la formación en DDHH.
  • En materia de acceso a la justicia se propone mejorar las rutas de atención, asegurando que eviten la discriminación y revictimización, además de mejorar los procesos de formación al funcionariado.
  • En materia de transformación de imaginarios, se destaca la necesidad de campañas de transformación y cuestionamiento de imaginarios prejuiciosos por parte del Estado, buscando llegar a las raíces de estas violencias. Dentro de estas campañas pedagógicas debe estar incluido el denominado “derecho al amor”. 
  • Finalmente, como forma de luchar contra el acoso se propone intervenir sobre las redes sociales con el fin de prevenir y contrarrestar el que allí se produce.

Referencias

Caribe Afirmativo (2019). Devenir en el silencio: exploración de la violencia intrafamiliar hacia personas LGBT y entre parejas del mismo sexo/género en el Caribe colombiano. Disponible en: https://caribeafirmativo.lgbt/wp-content/uploads/2019/08/Devenir-en-Silencio-_online.pdf

Caribe Afirmativo (2020). Enterezas en Movimiento: Violencias, acceso a la justicia y (re)existencias de mujeres lesbianas, bisexuales y trans en Honduras, República Dominicana, Nicaragua y Colombia. Disponible en:  https://enterezas.com/wp-content/uploads/2020/09/Enterezas-en-movimiento-dos.pdf

Cuello, V. (2020) ¡Ay, el mundo se va a acabar! Primero era mujer con hombre y ahora es mujer con mujer y los hombres quieren ser mujeres”: relatos de violencias por prejuicios contra mujeres jóvenes lesbianas, bisexuales y trans en el departamento del Atlántico en La gente me señala: Investigación sobre violencias hacia las mujeres jóvenes LBT (pp. 17-44). Fondo Lunaria Mujer. Disponible en: https://fondolunaria.org/wp-content/uploads/2020/11/ME-SENALAN-16-09-2020.pdf

Londoño, L. y Franco, S. (2020). Devenir trans en Manizales en La gente me señala: Investigación sobre violencias hacia las mujeres jóvenes LBT (p. 68-85). Fondo Lunaria Mujer. Disponible en: https://fondolunaria.org/wp-content/uploads/2020/11/ME-SENALAN-16-09-2020.pdf

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