La realidad que están viviendo las mujeres LBT en el primer semestre del 2020

Para el primer semestre del año 2020 las cifras de vulneraciones de derechos a mujeres lesbianas, bisexuales y trans en el Caribe colombiano se han disparado de formas sin precedentes. Todos los casos se registraron en tiempos de aislamiento social tras la pandemia del COVID19.

 Algunas colectivas de mujeres LBT del Caribe colombiano manifestaron, desde que se aplicaron las medidas de control, como el aislamiento social preventivo y el pico y cedula o pico cedula y género en Cartagena,  que la seguridad de las mujeres LBT corría peligro, puesto que al encontrarse en sus casas todo el tiempo, muchas estarían con familiares que no aceptan sus orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversa, lo que las coloca en el plano de convivir con sus  victimarios.

Por otro lado, tras la aplicación de la medida pico y cédula y género las denuncias por vulneraciones de derechos en el espacio público, almacenes, tiendas, transporte público a mujeres LBT y sobre todo a mujeres trans aumentaron. Algunas de ellas reconocen que entre sus agresores se encuentran:

  • Policías
  • Vigilantes
  • Personas de servicio al cliente
  • Desconocidos
  • Taxistas

Sumado a este panorama, las cifras en cuanto a feminicidios en el primer semestre del año 2020 revelan un aumento significativo en cuanto a los anteriores años (Ver tabla 1), se han registrado 8 asesinatos a mujeres LBT de los cuales, 5 se registran a mujeres lesbianas y 3 a mujeres trans, en cuando al 2019 a lo respecta del primer semestre de año se había registrado un caso de feminicidio a una mujer lesbiana. De los casos se han identificado que 4 corresponde a Atlántico, 3 a Magdalena y uno en Bolívar.

El cuadro anterior revela que los cuatro años con mayores cifras de feminicidios a mujeres LBT en el Caribe colombiano fueron el 2015 con 11 asesinatos, seguido del año 2012 con 10, y posteriormente el 2013 y 2016 con 9, los cuales constituyen un trabajo de documentación y análisis anual, dos semestres.

Otro de los aspectos que sobresaltan a partir de la información de la tabla es el número de asesinatos cometidos a mujeres trans desde el año 2011 al 2019, lo que revela que son estas quienes en su mayoría son asesinadas, lo que se ha asociado con el autorreconocimiento, la expresión e identidad de género.

Desde los informes de derechos humanos de Caribe afirmativo, la realidad que viven las personas LGBT y en especial las mujeres LBT se encuentra legitimada, naturalizada y reproducida socialmente desde el prejuicio.

Caribe Afirmativo (2018) plantea que se entiende que un prejuicio es una falsa creencia o proceso de racionalización en que se piensa y se percibe que las personas con una característica determinada, que se considera diferente a las propias, necesariamente tienen otras características, generalmente negativas. Así mismo, la violencia por prejuicio se da cuando la persona actúa preseleccionando a su víctima en razón de ciertas características identitarias con fundamento en una falsa creencia o proceso de racionalización respecto a las personas que las ostentan, que además puede haberle generado odio o animosidad hacia las personas que comparten tales características, produciendo el efecto simbólico de afectar y generar miedo en las personas con rasgos identitarios similares (P. 13).

La violencia por prejuicio contra mujeres lesbianas, bisexuales y trans tras su capacidad por ser reproducido y apropiado se ha logrado instalar en diversos escenarios de la vida cotidiana de las mujeres LBT constituyendo así un entramado de escenarios que han perpetuado construir a mantener las violencias a estas mujeres. Siendo el caso de la familia, la escuela, el espacio público, el trabajo y la institucionales, los cuales son reconocidos, para algunas mujeres LBT que han denunciado violencias, como lugares que representan peligro.

No tengo muchas ganas de denunciar, de decir, de mostrarlo, no tengo certeza de resultar victoriosa al hacerlo, realmente todo resulta siendo lo mismo de siempre, no hay un lugar donde decirlo porque en la casa te dirán que está muy bueno, que se debe aceptar porque es lugar en el que me están dando trabajo y ahora en la pandemia quien me va a dar chamba, por otro lado tampoco se puede pensar en llevar esos casos a la policía porque esa gente menos te escucha.

Entonces te toca aceptar, callar, dejar que te digan cómo les dé la gana porque una está ahí, ganándose su platica y ahora la cosa no está muy buena.

Relato de mujer lesbiana, Barranquilla, junio del 2020.

Sumado a las vulneraciones que se han representado hasta este momento, el pasado 13 de junio  se hizo la denuncia por la no garantía del acceso a la salud de Steffanny, una mujer trans habitante de calle, con VIH de la ciudad de Cartagena, que tras el abandono estatal murió de COVID19, situación que revelo las condiciones de abandono y vulnerabilidad de Estefany, la negación de manera clara y sistemática del derecho a la dignidad humana, quien por sus condiciones de salud debió recibir atención prioritaria desde varios meses atrás.

Dentro de las realidades vividas por mujeres LBT en medio de la pandemia las violencias, feminicidios y discriminaciones que han protagonizado han permitido comprender que dentro de esta realidad del COVID19 son sujetas que, tras las medidas, el desconocimiento o no reconocimiento estatal de sus derechos y realidades, se encuentran en una situación de mayor exposición al peligro.

Ante esta situación exigimos que la fiscalía garantice la debida investigación y esclarecimiento de los hechos de feminicidios a mujeres LBT, que el estado garantice el reconocimiento de derechos de mujeres LBT y que desde las gobernaciones y alcaldías locales garanticen acciones para contrarrestar las violencias a mujeres LBT.

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