Somos rebeldes, amamos, sentimos, gritamos. Somos visibles, aquí estamos

20 de abril de 2021. El próximo 26 de abril se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica, en esta fecha se reivindica la igualdad de derechos para las mujeres lesbianas y se continúa exigiendo la erradicación de la discriminación y la violencia contra ellas debido a su orientación sexual, y a los gobiernos e instituciones que promuevan la igualdad de derechos (tales como el matrimonio igualitario o la reproducción asistida).

El movimiento se originó en España en el año 2008 como parte de las actividades de los colectivos LGBT.  Su objetivo es visibilizar el papel que ocupan las lesbianas en el espacio público. Este día se hace un llamado a las lesbianas que trabajan en el ámbito público a mostrarse y ser un referente social positivo que contribuya a la eliminación de prejuicios y homofobia entre la población.

En Colombia, se han logrado múltiples avances en materia de reconocimiento de derechos de mujeres lesbianas (y personas LGBTI en general), especialmente a partir de la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Sin embargo, en la realidad, y particularmente en el contexto del Caribe colombiano, muchas mujeres lesbianas se ven obligadas a enfrentar discriminación y violencia en su vida cotidiana.

Hoy, te compartimos cómo se vive este día por parte de las mujeres lesbianas de CARIBE AFIRMATIVO, te invitamos a leerlas:

María Vélez, Coordinadora de Casa de Paz Afirmativa de Cartagena (Bolívar)

En este camino de la visibilidad que empieza con ese proceso de encontrarte a ti misma de saber qué es lo que estas sintiendo y de quitarte esa venda heteropatriarcal que te exige día a día, el ser visible como una categoría propia de reconocimiento propia, en la que luego tienes que lidiar con el resto, con la sociedad, con la familia, con las personas que durante mucho tiempo te habían leído como alguien heterosexual pero que luego pues haces ese proceso de contarles lo que sientes, a quien amas.

Ese proceso de visibilidad permite también identificar quinees son las personas que están para apoyarte, no para “aceptarte”, sino más bien el entender desde una acción muy cercana al amor que existen orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversas, y que esta persona que hace parte de su entorno es una de ellas. Creo que la visibilidad también permite construir desde el amor, la visibilidad permite que sea un proceso de aprendizaje propio, pero también de quienes se encuentran en ese ámbito social, en la medida en que comprendiendo desde ti la diversidad, empiezan a entender y evaluar la forma en la que están estableciendo relaciones sociales y en las que puede que discriminen, excluyan o vulneren a otras personas.

Creo también que la visibilidad permite construir de manera colectiva, desde la posibilidad de amar, desde el poder entender en las instituciones educativas, en el barrio, en la familia, que no eres la única persona LGBT que existe, aunque durante mucho tiempo te lo hacen sentir así, en ese proceso en el que tu entorno empieza a comprender a quien amas y tu orientación sexual. Durante mucho tiempo la gente intenta hacerte sentir que estas sola pero resulta que ese proceso de visibilizarte de permitirte amar, de permitirte conocer a otras personas, te da las luces para hallar que no estás sola, que existen otras mujeres como tú aman a otras mujeres.

Los lazos y redes de apoyo que se tejen permiten también que otras se puedan vincular, por ello digo que en la medida en que eres visible permites que otras mujeres que están en su proceso de autorreconocimiento no se sientan solas, que encuentran un apoyo, una aliada, que encuentren alguien que permite comprender como opera el mundo, cómo es de cruel el mundo, pero sobre todo, como se puede construir algo distinto.

Johana Calderón, trabajadora social del área de paz y conflicto armado de Caribe Afirmativo en Bogotá (Cundinamarca)

Para mí la visibilidad lésbica, o como yo me enuncio, marica lesbocentrada, empieza por la visibilidad en primera persona, en la intimidad de intentar comprender este amor disruptivo que me atraviesa desde la infancia. Mi reconocimiento como lesbiana no dista de mi reconocimiento como mujer, en una sociedad que ya desde niña reconocía como atroz y amenazante para las mujeres.

Con la experiencia de vivir como Johana y ver que era muy diferente vivir como Jason, quien es mi hermano y con quien crecí. La visibilidad empieza desde la soledad y la rabia. La soledad de saber que para ese momento éramos “males” en el mundo pero que yo me sentía, y en efecto, estaba sola en la construcción de mi subjetividad marica. Empecé a utilizar una discreta manilla de los colores del arco iris comprada casi a escondidas, esperando que de alguna mágica manera ese pequeño símbolo representara algo de complicidad entre quienes nos viéramos las muñecas decoradas de manera similar. Eso nunca funcionó, pero fue mi primer gran intento en convertir esa soledad marica en parcería.

No recuerdo el momento en el que la soledad se convirtió en rabia, de la digna, de la que hace vibrar las cuerpas, y con ella las calles, la plaza y el Cis-tema -con c-, pero esa rabia me llevó de la investigación a la acción con un parche de amigas entrañables con quienes retumbábamos las calles con tambores, arengas y conspiraciones. Entonces la visibilidad dejó de ser rebeldía intima para ser rebeldía pública y colectiva, porque sí que nos hemos sentido poderosas en manada, y por eso que para mí la rebeldía comienza por ese lugar, por el auto amor, la amistad y el amor colectivo.

La visibilidad colectiva se encuentra entonces con la sonoridad de los tambores que no le prestaban voz a nuestras cuerpas sino que se convertían en una extensión de ellas. La visibilidad se hizo rebeldía en esa conversación ignota entre las ancestras y las brujas que vibrábamos en juntanza, porque lesbocentrar la vida no solo implica que mis decisiones erótico-afectivas se encuentren dirigidas hacia las mujeres, monstruas y extraterrestres, implica también construir un andar político en el amor entre mujeres: con la vecina con la amigas, con las hermanas.

Porque lesbocentrasr la vida también pasa por acompañar y apañar los abortos de conocidas y no tan conocidas que se encuentran con un sistema que les quiebra la nariz de un portazo para impedir que tomen decisiones sobre sus cuerpas. La visibilidad lésbica implica amor incondicional y radical con todo el sentido político que la expresión tiene. Implica abrirle hendiduras a la historia para traer al presente las memorias olvidadas, porque el amor marica lesbocentrado es un hackeo a la imposición del olvido.

El amor lésbico y feminista es mi forma revolucionaria de estar sentir y vibrar en el mundo, que casi todo nos lo roba o nos lo quita. Es hacer un gesto grotesco y burlón para decir que aquí estamos al ritmo de Ivy Queen, porque también nuestras noches han sido alegrías, aunque se plantearan de entrada como noches pendencieras, en las que la juntanza se apropiara de la oscuridad y el riesgo para ser nosotras, una fuerza revolucionaria, violeta, verde y arco iris, siempre soñando y haciendo para crear otros mundos posibles.

Daniela Brache, Diseñadora gráfica de Caribe Afirmativo en Barranquilla (Atlántico)

Para mí, ser visible es vivir sin miedo. Y vivir sin miedo es un estado vital que abarca tanto, que toca desde los detalles más nimios de la vida, hasta las cosas más complejas, como abrir los ojos por la mañana y estar segura de lo que sientes en el pecho, o que no importen las miradas inoportunas de tu vecina cada vez que sales de casa. O las preguntas imprudentes de tus conocidos. Porque hay muchas maneras de vivir sin miedo, pero es un proceso más complejo de la cuerpa y el alma, cuando habitas, sueñas, resuenas, te juntas y amas en femenino, dándole tu espalda a las imposiciones externas de la heteronorma, del amor romántico idealizado, que cuando eras pequeña viste en la televisión, en el cine, en las historias, en los libros, las conversaciones de los demás, pero que sentías en tu pecho que no era eso lo que hacía tu corazón latir.

Lorena restrepo, asistente administrativa de Casas Afirmativas y lideresa de VOZD’MUJER en Medellín (Antioquia).

Para mí como mujer lesbiana la visibilidad es muy importante porque la población lésbica ha estado siempre ha estado cobijada o bajo las enaguas de la población gay. Por mucho tiempo hemos estado y hemos permitido que los gays hablen por nosotras, digan nuestras necesidades, digan como nos sentimos, pero en este momento para nosotras no solo es importante visibilizar no solamente el proceso sino también la manera como se construye el proceso desde las mujeres y más acá en Medellín desde las mujeres de las periferias de las comunas.

Si bien sabemos que en los territorios las puertas de las mujeres tienen unos dueños que se destinan por un señalamiento, nos referimos a los combos armados que hoy toman el cuerpo de las mujeres lesbianas como propios como de ellos, el empezar a elevar nuestras voces nos va a permitir que ese rol o ese mandato se caiga. Visibilizar el proceso y visibilizar incluso a una mujer lesbiana en la ciudad significa mucho para nosotras porque si se empieza con una se puede empezar con todas y que una hoy tenga la visibilidad en la ciudad nos va a permitir que más chicas podamos salir adelante con nuestros proyectos de vida.

Para mi ha sido muy importante la visibilidad porque me ha ayudado en esa construcción de mi misma, de salirme de ese rol de la mujer perfecta, de como vestirme, de como caminar. Entonces me ha permitió construirme a mi misma, segundo, que mi identidad sea clara frente a mi sino frente a los demás y tercero, esta visibilidad también me ha ayudado a apoyar a otras compañeras lesbianas a visibilizarse un sus procesos de transición, de crecimiento, de participación. Esto me ha que otras mujeres alcen sus voces junto a la mía y quizá digamos “no más a la guerra”, porque nosotras estamos en un territorio donde no podemos hablar de paz si la guerra aun existe pero creo que el estar aquí juntas y ayudarnos a visibilizar entre todas nos permite que primero, crean en nosotras, segundo, nos ayuden a eliminar  esos miedos que tenemos a hacernos visibles en los territorios y en la ciudad y por último, nos permite la juntanza, siempre y cuando estemos juntas, nos vamos a cuidar entre nosotras mismas y eso nos va a ayudar a que la ciudad nos tenga más visibles de lo que somos.   

Linda Peña, auxiliar contable de Caribe Afirmativo en Barranquilla (Atlántico)

La visibilidad lésbica la vivo de una forma libre, debemos reafirmarle al mundo que existimos que somos visibles, que no estamos solas y que no está mal compartir la vida con la mujer que amas.

Nuestra tarea como mujeres lesbianas es visibilizar nuestro amor, nuestras luchas y romper la barrera de los prejuicios y la discriminación. Las mujeres lesbianas en el mundo somos doblemente discriminadas, por nuestro sexo y por nuestra orientación sexual. Somos invisibilizadas por el sistema patriarcal en todos los ámbitos sociales, dado que se impone el modelo heterosexual.

Por eso debemos seguir luchando por la igualdad de nuestros derechos para que estos no se vean vulnerados, así abrimos camino a las que vienen detrás de nosotras haciéndoles un poco más llevaderas las cosas.

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